ETAPA GÓTICA DE LA CATEDRAL DE SEVILLA.

Realmente se considera que la mezquita comenzó a ser demolida en 1403, ya que el desarrollo almohade se estaba desmantelando al mismo tiempo que se construía la flamante catedral. Está lejos de identificarse quién fue el proyecto inicial, aunque se atribuye a Alonso Martínez, maestro de obras entre 1386 y 1394.

El siguiente punto de referencia para un contratista de aprendizaje sería a Pedro García, entre 1421 y 1434, año en el que parece ser el contrato con Grasp Ysambret (o Isambret), probablemente de origen flamenco. Cinco años más tarde el puesto correspondería a un francés, Grasp Carlin, del que se pueden encontrar recomendaciones aproximadamente en 1454. Juan Norman, el compañero de volumen del primero, también ha estado activo en las operaciones desde 1447 hasta 1472.

Para poder acelerar el proceso de las operaciones, se mejoró el número de maestros en el camino, empleando varios al mismo tiempo: Pedro de Toledo, Francisco Rodríguez y Juan de Hoces que dieron el impacto contrario como resultado de diversos criterios, dando lugar a sobresalientes retrocesos.

Así el arzobispo Diego Hurtado de Mendoza puede hacer volver a la dirección única designando para ello al maestro Simón, Simón de Colonia, a quien correspondía dar las trazas de la cúpula que podía cerca de sus bóvedas, función realizada por su sucesor Alonso Rodríguez el 6 de octubre de 1506, si las operaciones exteriores de este gran templo se realizan dentro de una respuesta de excelente solemnidad.

No obstante, la cúpula se derrumbó en torno a la noche del 28 de diciembre de 1511, por lo que Alonso Rodríguez no fue tenido en cuenta y nombró en su lugar a Juan Gil de Hontañón, maestro de la catedral de Salamanca, el nuevo Aprendiz de la catedral de Sevilla. Se encargó de cambiar la cúpula -normalmente la existente en la providencia-, elevada a 40 metros de altura, menos que la anterior, y que supuso una nueva inauguración solemne y establecida en la catedral el 4 de noviembre de 1519.

Desde el principio se hizo un grandioso templo gótico, muy austero y extenso, que a pesar de su ampliación y también de los setenta y cinco años que duró la función, conservó su diseño hasta la conclusión.

Fue inaugurado, aunque con algunos retoques finales, en 1506, sin modificaciones significativas en la estrategia inicial. A diferencia de lo que era habitual, el desarrollo comenzó a partir del templo, ya que el rey Enrique III no permitió que se demoliera la Capilla Real que se encontraba en el cerebro, donde habían estado las tumbas de San Fernando y Alfonso X. La piedra natural inicial fue colocada en 1403, en la que más tarde se encontrará la Capilla de San Laureano, la primera en ser terminada y en la que fue enterrado el Arzobispo Don Alonso de Exea, fallecido en 1417.

En 1432 ya estaba terminada la mitad americana de la catedral, por lo que se solicitó al monarca Juan II el permiso correspondiente para demoler la autorización de Capilla Real existente que se concedió, haciendo factible la continuación de las funciones, que se habían completado inicialmente en 1506 cuando se sellaron completamente sus bóvedas, y posteriormente en 1519 tras la sustitución de la cúpula caída.

 

ETAPA DEL RENACIMIENTO DE LA CATEDRAL DE SEVILLA.

Renacimiento (1528 – 1593) Ábside renacentista de la capilla existente Corresponde al período que se inicia en 1528, cada vez que se crea de niño una notable combinación de anexos al templo gótico: la Sacristía Primaria, la Sala Capitular y otros anexos, y también el conjunto en la mente en la capilla con la Capilla Genuina, todo ello realizado por una serie de diseñadores de nivel inicial que se inició con Diego de Riaño, quien fue nombrado Grasón de la Catedral en esos 12 meses.

Las de Riaño son las cuatro capillas del interior del trascoro que se cubren con bóvedas de crucería que forman grupos, como las que funcionan en el vestíbulo del edificio del Ayuntamiento. La decoración de alabastro es en realidad un trabajo renacentista de Nicolás y Martín de León, realizado entre 1530 y 1554 con un elegante número de niños y animales domésticos. 

La Sacristía Primaria se inicia según los trazos de Riaño a partir de 1530, quedando interrumpida en 1534 por la pérdida de vidas humanas de la empuñadura.

Diego de Siloé fue a Sevilla en esa época para comprobar el trabajo, y se cree que ofreció las huellas para su continuación, en clave renacentista, aunque adaptadas a la hierba cruciforme que se había iniciado. 

Con estas nuevas sugerencias, Martín de Gaínza continuó la operación, que en 1543 cerró su cúpula y realizó su barraca. Se va a apreciar la profusa ornamentación de la pieza, en las columnas corintias estriadas y luego en los frisos, la cúpula o las arcas en las bóvedas abocinadas, una de las mejores funciones de nuestro propio Renacimiento. Cúpula renacentista de la Sacristía Mayor de la catedral.

La Residencia Capitular fue realizada por Riaño y desarrollada por M. de Gaínza en 1535, a pesar de que a un ritmo muy lento desde que se selló la cúpula desarrollada por Asensio de Maeda en 1582, y finalmente completada por Juan de Minjares diez años después. Con un programa de suelo elíptico, sus muros más altos están dispuestos según columnas dóricas sobre pedestales mantenidos por un friso de grandes dimensiones.

Su cúpula elíptica está dividida en tres franjas superpuestas, con arquetas, y se remata con una linterna, también elíptica, dentro de una sobria composición de marcado carácter renacentista. En definitiva, la Capilla Real, entre las funciones renacentistas clave de la ciudad, fue iniciada por Martín de Gaínza en 1551 a buen ritmo, que se interrumpió cinco años después al morir el maestro. 

Entonces fue elegido Hernán Ruiz II como maestro de funciones, y fue aproximadamente él quien desarrolló la cúpula hacia 1562.

A su muerte, Pedro Díaz de Palacios le sucedió, y continuó con todo el trabajo ornamental hasta que fue desestimado en 1574.

 Fue sustituido por Juan de Maeda, luego Aprendiz de la Catedral de Granada, quien terminó la capilla al año siguiente. 

También se ha ampliado la Torre con el cuerpo de campana de Hernán Ruiz II y el conocido Giraldillo.

El denominador común de estas operaciones es la formalización tradicional, en tipos que van desde el plateresco al manierista, se podría afirmar que la catedral y sus dormitorios han sido terminados en 1593, dentro de la duración de Asensio de Maeda.

ETAPA BARROCA DE LA CATEDRAL DE SEVILLA.

Barroco (1618 – 1758) Puerta de entrada exterior en la Parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla. Corresponde casi exclusivamente a la construcción de la Parroquia del Sagrario, cuyas obras se iniciaron en 1618 y no se terminaron hasta 1663.

Esta función simboliza el excelente monumento en las funciones manieristas de la Sevilla del siglo XVII, en base a las trazas del año 1617 ofrecidas conjuntamente por tres excelentes diseñadores de la época como son Miguel de Zumárraga, Alonso de Vandelvira y Cristóbal de Rojas.

No es sencillo saber en qué porcentaje intervino cada uno de ellos en el diseño y estilo y en la realización del fantástico trabajo, aunque es bien sabido que Zumárraga era en ese momento la garra de la Catedral.

Probablemente se trate de las llamadas iglesias “contenedoras”, con un programa de planta rectangular junto con una nave solitaria, cuyas pequeñas capillas se relacionan entre los contrafuertes, con tribunas y enormes ventanales alrededor del componente superior, todo ello según el modelo desarrollado por Hernán Ruiz II para la iglesia del Centro Médico de la Sangre, que tuvo este tipo de influencia en los templos de Sevilla en una fecha posterior.

La iglesia fue terminada mucho tiempo después, en 1662, aunque su obra fue esencialmente conforme al proyecto inicial, con una organización estructural impactante que proporcionó el aumento de algún gran espacio interior exactamente donde no hay insuficientes grandes componentes escultóricos y ornamentales.

En el exterior, los muros superiores de la iglesia se organizan mediante la superposición de tres peticiones de pilastras, el tipo corintio correspondiente a las bóvedas que cubren los tramos interiores.

Tiene una puerta exterior de diseño tradicional, con un arranque adintelado flanqueado por conjuntos de columnas toscanas junto con un fuste estriado sobre sustanciales pedestales. Hacia la parte superior, un entablamento con friso tallado sostiene un atractivo frontón triangular con estadísticas femeninas inclinadas en los bordes, así como los jarrones normales con lirios que centran la imagen de la Giralda en su tímpano clave.

La monumentalidad del templo se incrementa a través de la historia escultórica que posee, donde destacan las ocho enormes estatuas de piedra realizadas por el flamenco José de Arce hacia 1657, y que simbolizan a los cuatro Evangelistas y también a los Padres de la Capilla, así como la excelente reducción de La Piedad que Pedro Roldán realizó en 1666 para el retablo de la Capilla de los Vizcaínos del desaparecido Convento de San Francisco, y que actualmente se encuentra dentro de esta iglesia.

Este edificio fue acompañado en el mismo diseño por una serie de pequeñas mejoras en la tradicional fachada occidental, y una serie de grandes piezas de mobiliario, incluyendo los órganos corporales y varios retablos.

Los arquitectos más significativos fueron Pedro Sánchez Falconete y Diego Antonio Díaz. Académico (1758 – 1823) Se trata de operaciones neoclásicas, realizadas a partir de las propias tradiciones regionales o impuestas a través de la academia madrileña junto con un mobiliario intrigante, envían en primer lugar para la “Muralla”, un conjunto de áreas dentro de la zona suroeste del edificio.

Una vez finalizado el gran obstáculo, se inició tempranamente el proceso que dio lugar a su actual “monumentalización”, mediante la eliminación, entre 1762 y 1797, de los edificios que la unían al caserío inmediato. Los arquitectos fueron Manuel Núñez y Fernando de Rosales.

 

ETAPA NEOGOTICA DE LA CATEDRAL DE SEVILLA.

Neo-gótico (1825 – 1928) Hundimiento por segunda vez de la cúpula, en 1888. En 1825 se inició un breve proceso dedicado a la terminación de las partes que habían quedado inconclusas en los niveles anteriores.

Se trata de las actuaciones desde las tres puertas principales del templo, que aún no estaban terminadas: la Puerta de la Asunción, a pie de la fachada principal de la actual Avenida de la Constitución, así como las dos puertas del crucero: al sur la Puerta del Príncipe y al norte la Puerta de la Concepción, a disposición de la zona del Patio de los Naranjos.

La puerta de la Presunción es, sin duda, obra de Fernando de Rosales y cuenta con bellísimas esculturas de apóstoles y santos en las jambas de sus arcos, realizadas por Ricardo Bellver.

Las portadas del crucero son funciones desarrolladas e iniciadas por Demetrio de los Ríos y realizadas bajo el curso de Adolfo Fernández Casanova, quien también instruyó diferentes funciones de consolidación de préstamos y fijas en la catedral durante 1882 y 1889, luchando durante su curso de formación la caída por segunda vez de su cúpula, que tuvo lugar el 1 de agosto de 1888.

Desde entonces las operaciones han sido de recuperación, la mayoría de las veces dentro de la modalidad de “limpieza cultural”, que persigue la ruptura y la pureza de los diseños. Este período fue iniciado por él mismo y cerrado por Javier de Luque.

 

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